Recorrer Maestrazgo-Els Ports implica descubrir su gastronomía tradicional, la cual combina recetas propias de una cultura de montaña basada en el consumo de carnes domésticas y de caza, setas, quesos y fiambres con otra de influencia mediterránea nutrida de frutos como almendras, olivas, uvas, nueces o cerezas.

Probablemente el plato más popular sea la carne de cordero. Dentro de las múltiples maneras de preparar esta carne, destaca el ternasco aragonés. Éste requiere un proceso de crianza supervisado por un Consejo Regulador, el cual asegura que la carne resulta tierna, saludable y sabrosa. En el maestrazgo se usan razas autóctonas aragonesas como la  Ojinegra de Teruel, Roya Bilbilitana, Rasa Aragonesa, Maellana y Ansotana. En el lado catalán todavía se cría la cabra Blanca de Rasquera, siendo la única raza autóctona de caprino reconocida oficialmente en Cataluña. Aparte del ternasco, uno de los platos más frecuentes son las chuletas de cordero a la brasa.

Ternasco de cordero

Ternasco de cordero

Fiambres y quesos locales

Fiambres y quesos locales

La región también produce ricos fiambres y quesos, encontrándose entre los más reconocidos de estos últimos, los producidos con leche de cabra y oveja en Tronchón. Entre los curados destacan la cecina y los jamones con D.O. Teruel, de gran calidad gracias a los secaderos naturales ubicados en las zonas altas de Matarraña y Maestrazgo. También son típicas las conservas en aceite de trozos de carne de cerdo que han sido fritos previamente; sobretodo lomo, costillas y longanizas. Durante el otoño y el invierno, es típico el consumo de carne de caza como la perdiz, codorniz, conejo, jabalí o corzo.

En los pueblos del interior abundan las ollas, caldos, pucheros y estofados, mientras que más cerca de la costa aparecen con mayor frecuencia las recetas de arroces de influencia mediterránea. En muchos pueblos se cocinan las pelotas o pilotes; unas albóndigas grandes, elaboradas con carne picada y pan rallado, que se consumen especialmente en Navidad y Carnaval. Las pelotas suelen acompañar al caldo y su elaboración varía en cada casa o restaurante de la zona.

Aceitunas negras

Aceitunas negras

Flaons de Morella

Flaons de Morella (Xufanc / CC BY)

Gracias a las condiciones climatológicas y de altura, los montes de la comarca abundan en setas en otoño y primavera, lo que favorece no sólo la llegada de miles de visitantes en la primera estación, sino la existencia de innumerables recetas que las emplean. En invierno se suele usar la trufa negra y en verano la blanca como condimentos de diferentes platos, creciendo estos apreciados hongos bajo los robles y carrascas de la región.

En las partes más bajas de la región se produce una gran diversidad de aceites de oliva, cada vez más asociados a una producción ecológica y artesanal. Igualmente sucede con la miel. En lo que se refiere al vino, la denominación de origen más conocida es la de Terra Alta, la cual produce vinos de altísima calidad, incluyendo el 30% de la producción mundial de garnacha blanca. A ésta se suma la IGP del Bajo Aragón, la cual incluye viñedos en las comarcas de Matarraña y el Maestrazgo de Teruel, con una tendencia creciente hacia la producción orgánica y ecológica. En la comarca del Matarraña existe una importante producción de melocotones, al igual que de cerezas en el pueblo de Paüls. El pueblo de Beceite es conocido por producir una variedad propia de judía blanca o fesol de una textura mantecosa especial.

Viñedos locales

Viñedos locales

Los dulces artesanales de la región mantienen una clara influencia árabe, que se manifiesta en una gran variedad de pasteles o pastissets. Estos dulces elaborados con base de harina se convierten en protagonistas en diferentes celebraciones como los Sant Antoni, Semana Santa o las Rogativas. Habitualmente los pastissets o casquetes están rellenos de algún tipo de confitura. En Morella son famosos sus flaós, con forma parecida al tradicional pastisset, pero rellenos de requesón, almendra y miel. En Terra Alta y Matarraña son famosos los crujientes carquiñoles, rellenos de almendra. Varios pueblos conservan la tradición de destilar licores artesanos, destacando especialmente los realizados en Prat de Comte y Herbés.